Remodelar una vivienda puede parecer una tarea sencilla al principio, pero pequeños errores, decisiones impulsivas o falta de planeación pueden encarecer significativamente el presupuesto. A continuación, analizamos los errores más comunes que elevan los costos en una remodelación residencial, especialmente en el contexto mexicano, y ofrecemos recomendaciones prácticas para evitarlos.
1. Falta de un proyecto ejecutivo claro
Uno de los errores más costosos es iniciar una remodelación sin un proyecto ejecutivo completo. Muchas personas comienzan con “ideas generales” o referencias de redes sociales, pero sin planos detallados, especificaciones de materiales ni presupuesto estructurado. Esto genera cambios constantes en obra, incompatibilidades técnicas y retrabajos.
Consejo profesional:
Contrata un arquitecto o despacho profesional que elabore el proyecto con planos, memorias descriptivas, cuantificación de materiales y precios unitarios.
2. No considerar instalaciones ocultas
En México, una gran cantidad de remodelaciones se enfocan en acabados: pisos, pintura, carpintería. Sin embargo, las instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias muchas veces quedan obsoletas o dañadas. No intervenirlas puede generar reparaciones futuras que obliguen a demoler acabados recién colocados.
Ejemplo real:
En una remodelación en la colonia Del Valle, CDMX, se colocaron pisos de porcelanato sin renovar las tuberías galvanizadas. A los seis meses, una fuga obligó a romper 12 m² de piso nuevo, encareciendo la obra más del 20%.
Recomendación:
Realiza pruebas de presión y revisa el estado de las tuberías antes de decidir si conservarlas o sustituirlas.
3. Comprar materiales antes del diseño
Adquirir pisos, luminarias o muebles sin haber terminado el diseño es un error común. Esto puede provocar incompatibilidades de medidas, estilos o incluso desperdicio de material por no ajustarse al espacio disponible.
Consejo:
Realiza la compra de materiales únicamente con el diseño aprobado, planos de planta y cortes definidos. Solicita siempre una tabla de cantidades.
4. No contemplar licencias o permisos
En algunas ciudades como Oaxaca, Monterrey o CDMX, incluso una remodelación interior puede requerir permisos, sobre todo si hay modificaciones estructurales, de fachada o instalaciones nuevas. Ignorar esto puede traducirse en multas, clausuras o demolición de trabajos ya ejecutados.
Tip legal:
Consulta con un Director Responsable de Obra (DRO) o un perito autorizado en tu municipio. Un permiso preventivo puede costar menos que una multa posterior.
5. No incluir costos indirectos
En el presupuesto preliminar, muchas personas solo consideran materiales y mano de obra. Sin embargo, hay costos indirectos que, si no se contemplan desde el inicio, afectan el flujo de efectivo: acarreos, renta de andamios, limpieza final, supervisión, y seguridad.
Consejo profesional:
Elabora un presupuesto con el formato de precios unitarios desglosado. Incluye indirectos, financiamiento y utilidad, como lo indica el formato de la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas (LOPSRM).
6. Cambios en obra sin control
Modificar el diseño durante la obra es una de las principales causas de sobrecostos. Cada cambio requiere tiempo, puede afectar otros oficios (albañilería, electricidad, carpintería), y en muchos casos implica la compra de nuevos materiales o demolición de lo ya ejecutado.
Recomendación:
Evita decidir “sobre la marcha”. Si se requiere un cambio, documenta el alcance, impacto en tiempo y costo, y solicita una cotización detallada antes de autorizarlo.
7. No firmar contratos claros con los contratistas
Muchas remodelaciones se acuerdan “de palabra”, sin contratos ni estimaciones firmadas. Esto puede derivar en malentendidos, trabajos mal ejecutados o incluso abandono de obra sin garantías.
Tip legal:
Utiliza contratos de obra a precio alzado o precios unitarios. Incluye calendario de trabajos, cláusulas de penalización, y pagos contra avances verificados.
8. No considerar imprevistos
Toda remodelación tiene incertidumbre, especialmente cuando se intervienen muros o instalaciones existentes. No contar con una reserva para imprevistos puede comprometer la calidad final del proyecto.
Consejo financiero:
Reserva al menos un 10% del presupuesto total para imprevistos. Es preferible no usarlo que no tenerlo cuando sea necesario.
Conclusión
Una remodelación residencial exitosa no depende solo del gusto o el diseño, sino de una adecuada planeación técnica, legal y financiera. La experiencia muestra que los errores “invisibles” —como no revisar las instalaciones o no definir alcances— pueden duplicar el costo final de una obra.
En Santiago González Consultoría y Construcción, acompañamos a nuestros clientes desde la planeación hasta la ejecución, evitando estos errores y optimizando cada peso invertido.
Referencias bibliográficas
Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). (2023). Guía práctica para la planeación y ejecución de obras de edificación. https://www.cmic.org
Diario Oficial de la Federación. (2021). Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas. https://www.dof.gob.mx
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2023). Encuesta Nacional de Vivienda. https://www.inegi.org.mx/programas/envi/
Normas Técnicas Complementarias para el Proyecto Arquitectónico. (2020). Gobierno de la Ciudad de México. https://www.seduvi.cdmx.gob.mx
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